Cuatro Veintes es
un relato que yo escribí, pero que narraron durante años, y sin
darse cuenta, mis abuelas. En este texto no creé nada nuevo, no hice
más que moldear parte de las historias que he oído en casa desde
niña y resaltar los detalles que más llamaron mi atención.
Probablemente, los escritores nos devanamos los sesos por encontrar
historias originales e inauditas…vano trabajo, pues los mejores
narradores son nuestros mayores, esos abuelos que aunque no tengan
una obra poética o artística o aparentemente no hayan hecho grandes
cosas en la vidas, han vivido setenta, ochenta, noventa años; y sólo
por eso, ya tienen mucho que decir.
Cuatro Veintes
pertenece, además, a la colección de relatos A corta distancia
que obtuvo el premio de Narrativa Joven del Ayuntamiento de Zaragoza
en 2012. En esta serie de relatos, protagonizados todos por mujeres,
intenté mostrar muy de cerca a las protagonistas, e invitar al
lector a sentarse junto a ellas para escuchar en un susurro esa breve
historia trivial o importante que quieren contar.
Actualmente, trabajo en otras dos colecciones de relatos. Una de ellas está a punto de ser concluida desde hace casi dos años….la otra, tiene aún para rato. Escribir es un proceso lento para mí, pero divertido, esporádico en la práctica y continuo en mi cabeza. Una tarea difícil de llevar a cabo, porque es complicado trabajar de redactora, camarera o limpiadora y al mismo tiempo ir construyendo mundos. Sin embargo, espero centrar pronto mis esfuerzos en concluir los dos proyectos literarios que tengo entre manos, iniciar otros y en continuar con la gran apuesta: Escuela de Escritura, espacio y tiempo para la creación. Una escuela online en la que impartimos cursos de creatividad literaria.
Actualmente, trabajo en otras dos colecciones de relatos. Una de ellas está a punto de ser concluida desde hace casi dos años….la otra, tiene aún para rato. Escribir es un proceso lento para mí, pero divertido, esporádico en la práctica y continuo en mi cabeza. Una tarea difícil de llevar a cabo, porque es complicado trabajar de redactora, camarera o limpiadora y al mismo tiempo ir construyendo mundos. Sin embargo, espero centrar pronto mis esfuerzos en concluir los dos proyectos literarios que tengo entre manos, iniciar otros y en continuar con la gran apuesta: Escuela de Escritura, espacio y tiempo para la creación. Una escuela online en la que impartimos cursos de creatividad literaria.
De vez en cuando también
escribo impresiones, microrrelatos o tonterías varias en mi blog Lo
que no cuento o en la revista de pensamiento literario
Articulaciones.
Antes de despedirme,
querría agradecer a Jorge Aparicio y a todo su equipo el trato que
han dado al relato. Un texto que han cuidado, mimado y mejorado
infinitamente con sus aportaciones. Igualmente, la música, la imagen
y la ambientación de la historia me han cautivado por su capacidad
para insuflar vida a un personaje de papel.
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